Noto tu mirada mucho antes
de localizar a su propietario
y la flecha empieza a girar.
Te acodas en la barra junto a mí
Yo me hago totalmente la sueca
en algún punto de neón difuso
Mano derecha al amarillo.
Yo rozo ligeramente tu brazo
al último bote salvavidas.
Finalmente, nos miramos
frente a frente
sonriendo como dos jugadores de póquer
con una escalera de color inesperada.
Ambos sabemos que esta postura
es literalmente insostenible.
diversas modalidades regionales.
pero será interesante descubrir
cómo acabará esta partida.