viernes, 19 de agosto de 2016

sábado, 30 de julio de 2016

Duda

Después de tanto tiempo
aún no he podido dilucidar
si esto que nos une
es amor del bueno
o el tango más largo
de nuestras vidas.

viernes, 22 de julio de 2016

Tras el corazón verde

Enterrado en las salinas
se encuentra el tesoro
de la pureza. 
Los flamencos son
nubes de algodón
flotando en las mareas.

Las marismas se llenan de agua salada
y se vacían lentamente,
como un corazón verde
abierto al cielo,
bombeando suavemente.

Y entre las cañas del río
anida la paz de mi alma
mecida por las aguas,
como un Moisés dormido.

sábado, 9 de julio de 2016

Twister

Noto tu mirada mucho antes 
de localizar a su propietario 
y la flecha empieza a girar.

Te acodas en la barra junto a mí
y pides un whiski solo
como un John Wayne 
de media noche.
Mano izquierda a azul.

Yo me hago totalmente la sueca
fingiendo estar absorta
en algún punto de neón difuso
(el rubio ayuda mucho 
en estos casos).
Mano derecha al verde.

Me miras de reojo y 
te pegas a mí
como si quisieras 
robarme la cartera.
Mano derecha al amarillo.

Yo rozo ligeramente tu brazo
con mi piel desnuda y 
rápidamente me retiro,
como si llegase tarde
al último bote salvavidas. 
Pie derecho al rojo.


Finalmente, nos miramos 
frente a frente
sonriendo como dos jugadores de póquer
con una escalera de color inesperada.
Pie izquierdo al verde.

Ambos sabemos que esta postura
es literalmente insostenible.
Soy campeona nacional
en Twister clásico y
diversas modalidades regionales.
No tienes ninguna 
oportunidad de ganar
pero será interesante descubrir 
cómo acabará esta partida.

domingo, 26 de junio de 2016

Cambio de sentido

Aquel verano rompí aguas,
me vacié por completo,
dejé de aferrarme a todo 
lo pasado
y parí una vida nueva.
Tú no lo recuerdas
pero aquel 8 de agosto
fue el punto de retorno
que me llevó
hasta tu puerta.

sábado, 25 de junio de 2016

Manual de supervivencia urbana

A veces el desamor
llama a mi puerta
y la derriba de una patada...
Y yo miro impotente
cómo se arrellana en el sofá
con cara de malévola satisfacción.
Y doy vueltas por el salón
como un animal enjaulado
apretando los dientes.
Revuelvo los cajones en busca
de respuestas, 
de la vieja certeza
que se me escurre 
entre los dedos.

Entonces dejo caer los brazos 
a los lados 
impotente 
y me resigno.

Me acerco,
arrastrando los pies,
hasta el sofá,
y me siento a su lado.
Nos miramos de reojo
midiéndonos el uno al otro
y resuelvo coger el mando 
de la tele y poner una peli.

Nos acurrucamos entre los cojines
y me pasa el bol de palomitas.

Y en ese momento,
hombro con hombro
con mi propio desamor,
me doy cuenta de que 
no era tan terrible
mirarme a los ojos
y ver que,
después de todo,
sigue valiendo la pena
ser yo misma.


martes, 7 de junio de 2016

Sin cimientos

Empezamos la casa por el tejado
o, peor aún,
por la sección de accesorios
de un Zara Home cualquiera.
Respondiendo a tu justa alegación:
es verdad que no eres 
el hombre que busco,
pero ese encuentro carece 
de importancia, cariño,
mientras no sea yo 
la persona que quiera.